domingo, 14 de julio de 2013

Mujeres, infidelidad y algo de cine


Diversos artículos sobre la infidelidad saturan la red. ¿Significa lo mismo la infidelidad de las mujeres que de los hombres? Miradas patriarcales describen la infidelidad femenina: “Por la anticoncepción aumenta la infidelidad femenina”; “Las mujeres a la alza en infidelidad, nueva moda de mujeres emancipadas”, “Infidelidad femenina; en el trabajo y con los jefes”, “Infidelidad femenina: 28 señales de alarma”, “Infidelidad femenina a la alza: ahora las mujeres son casi tan infieles como los hombres”, son algunos de los socorridos títulos.

El amasiato o adulterio es una relación humana no reconocida que confronta al matrimonio o a la vida en pareja. En la cultura machista, el varón que se relaciona de manera erotico-afectiva con varias mujeres es aceptado socialmente porque cumple y demuestran su poder patriarcal, por eso tiene su “detalle”, la “casa chica”, a “la otra”. Su actividad erótica es reconocida, pero más su significado político.

Para las mujeres en cambio, ser “la otra” implica tener una menor categoría, prestigio y legitimidad. La amante tienen un significado social y cultural negativo, no es sólo su apariencia en sí: más joven, más atractiva, más bella, que en muchos de los casos no sucede necesariamente, sino la posición contraria a la de madre-esposa. Marcela Lagarde dice que “culturalmente la amante es el ser intermedio entre la esposa y la puta, y desde luego, forma parte de las malas mujeres, vistas desde el patriarcado”.

En el reportaje “Hacia una teoría general de la infidelidad femenina”, publicado en la revista Domingo editada por el periódico EL Universal, Sandra Romandía indaga por qué siete de cada 10 mujeres son infieles. Entre sus entrevistados consulta a la doctora en Estudios Latinoamericanos y feminista Francesca Gargallo, quien afirma: “Las mujeres hemos empezado a separar el placer físico de los ordenamientos morales impuestos. A las mujeres les importa ahora mucho más la lealtad con un proyecto, con una persona, que una infidelidad que viven; creo que hemos dejado de creer en ese rollo de que nuestro cuerpo le pertenece a un solo hombre”.



Pero ¿cómo la imagen de la amante es tratada en el cine?

El periodista e investigador Alan Rodríguez comenta que “es sabido que el cine de Hollywwood ha privilegiado la mirada y prerrogativas de lo masculino, como lo dijo Laura Mulvey. En las películas la infidelidad femenina a menudo coloca a la mujer como un obstáculo para los fines de los personajes hombres; en ese sentido la infidelidad es un acto que impide las metas del personaje masculino”.

Aunque es difícil generalizar, para el también autor de la columna Pantalla Nómada que se  publica en el portal del periódico La Jornada, en  en el cine la infidelidad de las mujeres es tratada de distinta manera que la masculina, pero “a fin de cuentas es a través del cine que se cuelan valores y actitudes que permean nuestras sociedades”.

−¿Hay diferencia entre la propuesta que hace un director a una directora sobre el tema?

−Pues depende el caso y el tipo de cine del que se hable. En el cine del mainstream prevalece las imágenes que ya mencioné. Pero en el cine independiente o de arte, hay casos que deliberadamente reivindican a la mujer en ese sentido. Los puentes de Madison diríamos que es un filme que no descalifica la infidelidad femenina, pero conocemos otros casos, por ejemplo del cine de oro mexicano, donde sucede lo contrario. Creo que autores como Antonioni o Godard, no se ciñen a ese estándar.

−¿Podría haber diferencia en las representaciones del cine de la mujer que es amante, la mujer que tiene amante y la mujer que ama?

−Bueno esa es una pregunta muy complicada y no tengo una respuesta. Me parece que en esos términos también se puede aplicar para el hombre. Lo que sí tengo claro es que muchas cineastas desde el cine comercial o independiente han sabido dar un mejor cauce a la sensibilidad femenina, y no solo desde la orientación heterosexual. Están Carole Laure, Donna Deitch, Nancy Meyers o Nora Ephron; aunque Ephron nunca cuestiona esas prerrogativas masculinas de las que hablo.

Para repensar el tema, 10 propuestas de películas que abordan la infidelidad de las mujeres:

1.       El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (Peter Greenaway, 1989)
2.       El piano (Jane Campion, 1993)
3.       Los puentes de Madison (Clint Eastwood, 1995)
4.       Partir (Catherine Corsini, 2009)
5.       La verdad de Soraya (Cyrus Nowrasteh, 2008)
6.       La Amante de Mussolini (Marco Bellocchio, 2009)
7.       Confesiones en el diván (Percy Adlon, 2010)
8.       Que más quiero (Silvio Soldini, 2011)
9.       Los descendientes (Alexander Payne, 2011)
10.     Amnistía (Buyar Alimani, 2011)

miércoles, 3 de julio de 2013

Iguales y diferentes



Hace un par de días encontré el siguiente comentario en un grupo de discusión sobre Sociología en Facebook:

LA SEUDO IGUALDAD PROMOVIDA POR LAS FEMINISTAS NO ES NATURAL

Lo natural es que el varón y la mujer son seres diferentes y complementarios.
Existen diferencias fisiológicas, cerebrales entre ambos en oposición a la cultura unisex que el feminismo publicita, con la seudo igualdad que no se cumple ni en el terreno legal.

El hombre es diferente a la mujer , puedes ver el PH es distinto, la textura misma, el sistema nervioso de la mujer posee mas polisensores, (que le permiten registrar mas sensaciones y placer) por su parte el varón posee mas nociperceptores que le permite registrar el dolor.

Otra diferencia es que la mujer es mas resistente, incluso a enfermedades, el varón es mas fuerte, el hombre segrega mayores niveles de testosterona, la mujer de progesterona, lo que influye en el comportamiento.
En suma, hay diferencias notables, que las feministas pretenden ignorar con una cultura de la seudo igualdad, que esta destruyendo a las familias dado que esta creencia se ha implantado por décadas como ingeniería social.(puedes revisar la conferencia de Pekin del año 95)

Existen estudios que respaldas las diferencias entre varón y mujer, incluso a nivel cerebral, te menciono las siguientes:

1.La genetista británica Anne Moir publica en 1992 EL SEXO DEL CEREBRO
2.El neurólogo español Hugo Liaño, púbica CEREBRO DE HOMBRE CEREBRO DE MUJER, quien explica las diferencias cerebrales y distintas capacidades
3.La doctora en psicología Christina Hoff Sommers publica LA GUERRA CONTRA LOS NIÑOS VARONES, donde aboga por una educación diferenciada, dado que las capacidades en varón y muer son diferentes, no obstante la curricula implantada por movimientos feministas daña el aprendizaje de los niños.
Me parece que el feminismo o el machismo están dañando a la sociedad, lo que se reuqiere es dejar esa estúpida lucha de géneros y entender que la complementariedad es lo que nos une y hace humanos, que tanto el hombre como la mujer se necesitan mutuamente.

La persona que lo posteó resultó ser administrador de una página antifeminista en Facebook, y me parece que este comentario engloba su motivo para estar en contra de un movimiento que propugna la igualdad entre personas, motivo que yo ya había escuchado más de una vez: mujeres y hombres somos diferentes biológicamente, por tanto la igualdad es una falacia.


¿Somos iguales?


En lo personal, yo no creo que las personas seamos iguales. Yo soy diferente de mi hermano, cómo él es diferente de su primo y del vecino, de la tía y de su novia. También soy diferente de mi mamá y de mis amigas, hasta de las más cercanas, pues cada persona es única e irrepetible.  Entonces ¿por qué estamos interesadas en la igualdad? Pues porque lo queremos es igualdad DE DERECHOS, como votar y ser votadas en las mismas condiciones que los varones, queremos ser propietarias de bienes, y no que se los hereden a nuestro marido o a nuestro hermano por considerarnos tontas para administrarlos, queremos elegir nuestro destino y no que nos intercambien por unas gallinas, queremos salir a la calle sin que nos ataquen sólo por ser mujeres.


A las osadas que pedimos derechos se nos dan ‘consejos’ de este tipo: ‘como mujer puedes obtener cosas con tu encanto femenino’, ‘las mismas cosas que estás pidiendo puedes tenerlas más fácil consintiendo a tu marido’, ‘¿para qué quieres trabajar si puedes ser la reina de tu hogar?’

Yo que soy necia, me pregunto: ¿Por qué tengo que usar trucos para acceder A MIS DERECHOS?, estos trucos puedes ayudarme a conseguir lo que quiero, y que me lo den COMO UN FAVOR. Yo no quiero favores, quiero acceder a lo que por ser persona me corresponde.  La igualdad natural de la que se habla es que, por ser seres humanos, nacemos mujeres y hombres con los mismos derechos.


Entonces, dejémonos de lecturas simplistas: cada persona es diferente y no hay problema en ello.

Así que, ¿qué queremos las feministas? Lo que queremos es igualdad de derechos, que no es pedir más que lo justo.

domingo, 30 de junio de 2013

#EresPutaSi o la prohibición del erotismo a las mujeres "buenas"

El pasado 20 de junio una de las etiqueta en Twitter fue #EresPutaSi. Las frases en menos de 140 caracteres aparecían una tras otra. Un par de segundos y ya había más de treinta tuits que engordaban la tendencia. Los usuarios varones se daban vuelo con la propuesta, pero decidí dirigir mi atención a lo que “pensaban” las mujeres. Lo que leí a continuación:   
                                                                         
#EresPutaSi…

  • Te gusta mi novio, si lo miras, intentas acercarte, le hablas o intentas algo con él.
  • Muestras tu cuerpo en las redes sociales y luego exiges que te respeten o te quieran por tus sentimientos.
  • Te gusta el chavo que a mí me gusta, si lo ves, si lo piensas, si te le acercas, si le hablas o si pinches todo.
  • Le hablas a los que te quieren contigo pero "quieres mucho a tu novio".
  • Vas y te le encimas a mi novio como garrapata (pedazo de migaja económica).
  • Si suben una foto tuya a Twitter desnuda y no tienes idea de quién de todos a los que se la mandaste fue. Jajajajajaja.
  • Sigues buscando a tu ex, cuando el ya tiene novia :)
  • No tienes amigas porque se van dando cuenta de que no vales nada.
  • Te tiras a todo lo que se mueve pero "quieres mucho a tu novio".
  • Creas falsas ilusiones y luego lo único que quieres es echar un polvo.
  • Eres amiga de mi novio.
  • Invitas de fiesta sólo a tu amigo, y a su novia ni la tomas en cuenta. Golfa del mal .l.
  • Sólo tienes muchos likes en fotos donde casi no tienes ropa.
  • Le coqueteas a un hombre que ya tiene novia o esposa.

La antropóloga feminista Marcela Lagarde, en Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas, explica que “Puta es un concepto genérico que designa a las mujeres definidas por el erotismo, en una cultura que lo ha construido como tabú para ellas”, tiene una carga negativa, pero sobre todo es una prohibición del erotismo para las mujeres "buenas" y a la vez una condición de objeto sexual.

En la cultura patriarcal el concepto puta es el antagonista al de la “buena” mujer: madre, heterosexual, monógama, sumisa, obediente… y por consecuencia, la permanencia del “deber ser” de las mujeres.

Con el lenguaje organizamos el mundo, mostramos nuestra forma de pensar y de vivir. #EresPutaSi es una forma de ver a las mujeres en el mundo mostrado en las redes sociales, pues como dice Lagarde “todas las mujeres son putas por el hecho de evidenciar deseo erótico por lo menos en alguna época o circunstancia específica de sus vidas”.

Por ello, es tan corrosiva la frase “eres una puta” en voz de una madre a su hija, y un “verdadero simulacro de machismo” en el dicho “Nos vamos de putas”, que frecuentemente alardean algunos hombres.

Puta y "buena" mujer, son dos estereotipos que nos recuerdan nuestra división  simbólica primaria: bueno/malo; pero sobre todo la subordinación en que nos hayamos las mujeres en el lenguaje y en la vida misma.

Así que cuando “acomodemos” a otra mujer o a nosotras mismas en el grupo de “putas” o “buenas”, no olvidemos que nos estamos insertando en un nuevo cautiverio, que no es mejor ni peor, sino igual de violento, poco solidario y que nos resta libertades… libertades de deseo, gozo, cachondería y emoción, que por cierto, por sí todavía se duda en pleno siglo XXI, tenemos derecho como mujeres-sujeto, ciudadanas. 

domingo, 23 de junio de 2013

Entre nuevas masculinidades y diversas formas de ser hombre

II.

“Las nuevas masculinidades buscan modificar patrones considerados como hegemónicos. Es decir, mientras que la masculinidad convencional dicta un comportamiento o deber ser específico, donde la agresividad, hipersexualidad, competencia, proveeduría obligada y ejercicio de la paternidad, aunque no necesariamente responsable, determinan si el hombre puede considerarse como tal ante sus pares; las llamadas nuevas masculinidades procuran romper estos estereotipos quitando un poco el peso social que implica ser hombre en las condiciones hegemónicas”, explica en la segunda parte de la entrevista, la antropóloga y maestra en estudios socioculturales Tatiana Elizabeth Lara San Luis.

Para esto, −continúa la especialista− promueven principalmente condiciones de equidad y trato igualitario entre los géneros. Esto es, mientras que al interior de los patrones de masculinidad hegemónica, relacionadas directamente con el machismo, las mujeres y los homosexuales no son considerados en la misma jerarquía de importancia, las nuevas masculinidades buscan generar formas de interacción dignas y equitativas.

Asimismo, buscan erradicar la violencia de género no sólo hacia las mujeres, sino también hacia los homosexuales y los otros hombres y, de este modo, propiciar cambios positivos en la interacción social.

Tatiana E. Lara San Luis, quien ha trabajado el concepto de hombría en los varones deportados a la ciudad de Mexicali, dice que “no obstante, la propuesta no es clara respecto de los varones que no son violentos pero tampoco se consideran feministas, ya que las nuevas masculinidades se avocan a elementos como la paternidad compartida, la demostración de emociones y sentimientos sin ser señalados o disminuidos por ser el apoyo considerado como femenino.

“Situación que podría generar el aislamiento de los varones que no se identifican con la propuesta. Por lo tanto, es importante aclarar que muchos hombres viven su masculinidad sin necesidad de ser agresivos, competitivos, hipersexuales o bien, que no desean ejercer la paternidad. Por esto, muchas veces son marginados de ambos mundos, ya que los varones al interior del movimiento de las nuevas masculinidades pertenecen a la academia o a clases sociales medias y medias altas. Tienen acceso a textos, talleres o bien la infraestructura que les permite repensar la masculinidad como la conocen y de este modo, generar cambios que le beneficien respecto de las relaciones con los otros y otras y el mundo en general”.

La especialista considera explora la propuesta no como nuevas masculinidades sino diversas formas de ser hombre “erradicando, claro está, la desigualdad, la violencia y la innecesaria presión social que el propio patriarcado ejerce sobre quienes se encuentran, paradójicamente y al mismo tiempo, protegidos por él. Además de buscar mecanismos de “entrada” hacia quienes no tienen acceso a lo mencionado líneas arriba y de este modo, lograr cambios reales y tangibles, aunque paulatinos”.


−¿Ganamos, mejoramos o todo lo contrario con las nuevas masculinidades?

−Considero que se gana ya que propician expansión en las formas en que se concibe la masculinidad. Me parece que apuestan a propuestas interesantes que permitirían crear relaciones entre los géneros mucho más abiertas y proporcionadas sin incurrir en elementos de dominación-subordinación similares a los que las generaciones anteriores observaron, vivieron y reprodujeron.

Además, es importante remarcar que la idea de ampliar la concepción masculina del deber ser a una identidad de género plural, diversa e incluyente permitiría la comprensión de los propios varones acerca de qué significa y cómo ser un hombre sin morir en el intento o la alienación del mundo masculino.

En resumen, considero que proponen cuestionamientos y mecanismos de cambios en los que nosotras también podemos participar y así crear transformaciones favorables al interior de las relaciones de género. Sin embargo, debemos ser cuidadosos al referirnos como algo nuevo ya que no debemos olvidar que las identidades de género nunca son estáticas y cada persona las experimenta y desarrolla de manera diferente según su condición social, cultural, económica y principalmente, biográfica.

Yo me adscribo más a la idea de revaloraciones, cambios y transformaciones al interior de las identidades de género, aunque no estoy en desacuerdo con lo que las nuevas masculinidades proponen, porque las considero parte de un replanteamiento de la identidad de género masculina necesario, propositivo y de gran alcance.

Indignación...

 
El 20 de junio, la prensa hizo mención de dos noticias alarmantes, la primera fue acerca de lo que, la representante de la ONU-Mujeres en el país, Ana Güezmes dijo en calidad de alerta:  La violencia contra las mujeres en México tiene dimensiones no de epidemia, sino de pandemia,[1] con algunos datos y argumentos expuso la situación de las mujeres en este tan dinámico país.

Diariamente genera indignación lo que se publica y comenta en la prensa, en las redes sociales o simplemente en las platicas cotidianas, sobre aquellos hombres que utilizan su poder para castigar a las mujeres, a través de las leyes, de sueldos, silencios, discursos, golpes, violaciones, asesinatos, o por medio del acceso a la educación, al trabajo, a la salud, a la vivienda, entre otros. Ellos perpetúan su superioridad por que consideran a las mujeres como eternas menores de edad o meramente de su propiedad.



En estas prácticas se encuentran inmersa la naturalización del sexismo que, Victoria Sau define como: “el conjunto de todos y cada uno de los métodos empleados en el seno del patriarcado para poder mantener en situación de inferioridad, subordinación y explotación al sexo dominado: el femenino. El sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y las relaciones humanas”.[2] Y como dice Varela, es una ideología que define la subordinación de las mujeres y todos los métodos que utiliza para que esa desigualdad entre hombres y mujeres se perpetúe[3].



 
En la segunda nota del día, se publica que esta Confirmado: la Selección Mexicana se fue de parranda a un “table”. “Jugadores y cuerpo técnico acudieron tres veces, por lo menos, al exclusivo table dance Termas Centaurus, un spa que se enorgullece en ofrecer los servicios de las ‘garotas mais gostosas’ (las chicas más calientes)”[4]


Aquí preocupan varios aspectos de esta noticia, pero me centraré en tres, en primer lugar cómo estos jugadores codifican y hacen uso del cuerpo femenino, ya que consideran a estos cuerpos de mujeres como objetos sexuales que se encuentran disponibles para su consumo meramente como mercancía. En segundo lugar, en lo que se refiere al comercio sexual que como nos señala Soll, “una parte de las mujeres que se prostituyen lo hacen porque así lo decidieron [Sin embargo y esto inquieta mucho más] otra parte de las mujeres lo hace en contra de su voluntad, y el grado de sujeción varía desde aquella mujer que(…) no cuenta con otros medios o posibilidades para subsistir, hasta la mujer que ha sido secuestrada, traficada y explotada con fines sexuales[5].

Y finalmente cómo estos hombres, que hasta resultan seres idolatrados de un pueblo, contribuyen a la reproducción y fomento de la subordinación e inferioridad femenina.

 

 


 

http://www.jornada.unam.mx/2013/06/20/politica/014n3pol

 

http://www.proceso.com.mx/?p=345337

[1] VELASCO, Elizabeth. Violencia contra mujeres una “pandemia” en el País 20 de Junio de 2007. Sección Política Periódico La Jornada. http://www.jornada.unam.mx/2013/06/20/politica/014n3pol
[2] SAU, Victoria, op.cit., tomo I, pág.257
[3] VARELA, Nuria. Feminismo para principiantes
[4] De la Redacción Confirmado: la Selección Mexicana se fue de parranda a un “table” Sección Deportes 20 Junio 2007 http://www.proceso.com.mx/?p=345337

[5] Soll, Sylvia. Lo que tienen en común Chiconautla y la página tres en blog: SomosMujeresMexicanas


martes, 18 de junio de 2013

Lo que tienen en común Chiconautla y la página tres


I. 

Hace unos días el semanario emeequis publicó un reportaje sobre cuatro chicas desaparecidas en Santa María Chiconautla (pueblo ubicado en los límites entre Ecatepec y Acolman, Estado de México): Lucía Joselín Robles, Jennifer Velazquez, Bianca Edith Barrón y Abril Selene Caldiño.

El texto da cuenta de cómo las desapariciones de estas jóvenes mujeres están vinculadas entre sí y cómo, una vez más, las autoridades del Estado de México han sido indolentes en el establecimiento de un protocolo efectivo de investigación y de un programa de prevención. Más aún, se muestra la renuencia cómplice a declarar alerta de género a pesar de los feminicidios  actuales y los acumulados durante los años de gobierno de Peña Nieto.

La información hasta ahora conocida y las declaraciones de un supuesto secuestrador que fue prácticamente linchado por gente del lugar (y luego dejado libre por la policía) hace sospechar a las familias de estas jóvenes y a organizaciones de la sociedad civil que detrás de todo esto se encuentra la trata de personas con fines de explotación sexual.  

Trata de personas con fines de explotación sexual. Trata. De personas. Con fines de explotación sexual. Explotación sexual.


II. 

La costumbre de poner en la página tres de algunos periódicos a una mujer desnuda o semidesnuda data de 1970, cuando el periódico británico Sun publicó su primera Page Three. En diferentes países y distintas épocas periódicos de otras latitudes comenzaron a imitarla. En México, Ovaciones de la tarde con “La 3” y en años más recientes periódicos como El Metro y el Gráfico en su última página.

No voy a escribir aquí una disertación sobre la pornografía. Sólo diré que la imagen de mujeres desnudas o semidesnudas en los periódicos son una reproducción más de los significados implícitos: cuerpos de mujeres como objetos sexuales que están disponibles para su consumo como mercancía. La misma ecuación que en un table dance y que en la prostitución

Ahora bien, para dar cabida a la plausibilidad de los argumentos de quienes pugnan por legalizar el comercio sexual, digamos que una parte de las mujeres que se prostituyen lo hacen porque así lo decidieron y porque lo consideran un modo legítimo de vida, que nadie las obliga y que reciben directa y completamente el usufructo de su trabajo. Pero otra parte de las mujeres en el comercio sexual no lo hacen en libertad sino en contra de su voluntad, y aquí el grado de sujeción varía desde aquella mujer que se siente obligada a hacerlo porque por ahora no cuenta con otros medios o posibilidades para subsistir, hasta la mujer que ha sido secuestrada, traficada y explotada con fines sexuales.

III. 

Yo, después de leer el reportaje de emeequis, en mis febriles noches de temor, dolor y consecuente furia, he ido atando cabos y creo firmemente que entre la página tres de un diario y el secuestro de una joven con fines de explotación sexual hay en común la tolerancia, la normalización y el fomento de la cosificación sexual de las mujeres. Si la página tres sigue existiendo, es porque hay un mercado que la consume. Si la explotación sexual existe es porque hay quien la consume, a sabiendas o no de que la mujer en cuestión es forzada.

Así, pienso que la próxima vez que alguien consuma una mujer cosificada en periódicos, revistas, Internet, clubs de table dance, prostíbulos, casas de citas o banquetas, no le haría mal detenerse a pensar que esta industria de la vagina (como le llama Sheila Jeffreys) que muestra tetas y culos esconde una cara siniestra y que en el fondo de la pirámide, cuya cúspide ocupan las páginas tres del mundo, están las mujeres que son explotadas sexualmente.

Aunque reconozco que puede ser más ampliamente documentada y más profundamente argumentada, esta es mi opinión, que quería compartir con ustedes antes de que la barbarie cotidiana acabara de comerse mi tristeza y mi rabia.

Hasta la próxima.